En realidad, él y su esposa Mariana Meza sí procrearon un varón, pero murió. Eso hace ya más de 27 años.
Los esposos se recuperaron y un nuevo embarazo alegró sus vidas, pero en cambio la que nació fue una mujer, Martha Mariana.
Dos años después apostaron a otro hijo, pero también le nació niña, Karina Victoria. “La tercera es la vencida”, se dijeron, y se repitió la historia, otra mujer, Cinthia Vanessa.
Con la intensidad de la juventud fueron al cuarto intento y pasó lo que sospechaban: nuevamente fue fémina, María Alejandra. Pero la esperanza seguía por un varón. “No hay quinto malo” y doña Mariana se embarazó por quinta y última vez. “Tuve otra hija, María Antonella”, comentó Zambrano.
Al fin, la pareja se quedó con sus cinco niñas, pero como dice la canción: “Yo creo que a todos los hombres les debe pasar lo mismo, que cuando van a ser padres quisieran tener un niño, luego les nace una niña sufren una decepción y después la quieres tanto que hasta cambias de opinión”.
Zambrano, quien es electricista, comentó que sus hijas son su adoración. Agregó que las tuvo con dos y un año de diferencia y que pese a los duros momentos económicos, todas sus hijas son profesionales y trabajan. Don Antonio confesó que su sueño de un varón sigue latente, pero ahora con un nieto, sin embargo, aún no se concreta pese a que cuatro de sus cinco hijas se casaron. “Entre todas suman cuatro partos y cinco hijas, creo que he nacido para vivir rodeado de mujeres, pero esperanzas aún hay porque aún pueden tener más”, añadió.