Un atentado suicida se cobró ayer la vida de 16 personas en una estación de tren de la ciudad rusa de Volgogrado y lanzó una seria advertencia al Kremlin a seis semanas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi.
Dos de las víctimas fallecieron horas después de la explosión en el hospital, mientras resultaron heridas casi cuarenta personas, nueve de ellas de gravedad, que hacían cola en la puerta del edificio de la estación de la antigua Stalingrado.
SINIESTRO. La explosión tuvo lugar después de que el terrorista llamara la atención de la policía al pasar por el detector de metales instalado a la entrada de la estación Volgogrado-1.
Según el CI, el equipo de seguridad instalado desde el atentado suicida contra el aeropuerto moscovita de Domodédovo impidió que el terrorista llegara a la sala central, lo que evitó que el número de muertos fuera mayor. El presidente ruso, Vladímir Putin, encargó a las fuerzas de seguridad la captura de los organizadores del atentado.