Se trata de proteger, mejorar e incluir las colinas que rodean a la capital manabita como parte de su desarrollo, superando los inconvenientes que la ocupación violenta de las mismas ha causado, como la depredación de su fauna y flora que fácilmente es apreciada desde varios ángulos en forma de planchones de tierra sin vegetación. Y la ocupación ilegal con la siembra de casas a lo ancho y alto de las Lomas va aparejada a la ausencia de una legislación definida y férrea que impida nuevas construcciones, pues sí bien hay un instrumento jurídico en vigencia, los resultados hasta ahora no son halagadores. Existe un fondo para la protección de las colinas, que lo maneja la municipalidad, la que a través de su departamento del Ambiente informó haber invertido cerca de 117 mil dólares en reforestación que hay que reforzar. Creemos, entonces, que la intensificación de las acciones proteccionistas y sancionadoras, de ser el caso, se hacen obligatorias como medida inmediata para la real recuperación de las colinas.