Todos los alcaldes tienen deficiencias y vacíos cognoscitivos que es necesario subsanar a través del escogimiento de asesores (jefes departamentales) que constituyan garantía de eficiencia administrativas, que sean visionarios, creativos y honestos. El tonto ignora la naturaleza y el inmenso aporte de una sabia asesoría. ¿Nadie se ha dado cuenta que Portoviejo es una ciudad de burócratas, que no existen en el cantón grandes industrias ni empresas que contribuyan al fortalecimiento de las arcas municipales? ¿Acaso no se han percatado que tenemos un comercio doméstico? Aquí no tenemos grandes exportadores ni importadores que fortalezcan la masa de contribuyentes. Tenemos la necesidad de abrir una ventana que oxigene la economía municipal, y esa ventana se llama Crucita… cuando sea convertida en verdadero destino turístico.

Crucita tiene una vía frente al mar llamada groseramente malecón, convertido permanentemente en un basural, con muros y gruesos cabos que dificultan la movilización vehicular; su crecimiento es anárquico; el eviscerado de pescado en la playa es un atentado a la salud y al medio ambiente; los servicios de agua potable y electricidad son deficientes; no existe el sistema de alcantarillado. ¿Podemos hablar de desarrollo turístico en estas intolerables condiciones?

El retraso sufrido por Crucita durante la era de los alcaldes y concejales oligofrénicos es terrible, tan escasa es la luz inteligente de aquellos que ni siquiera pudieron darse cuenta que mientras no se construya un muelle en Crucita para actividades estrictamente de esparcimiento, constituye una torpeza mencionarla como destino turístico. ¿Podemos pesar en practicar y desarrollar los deportes acuáticos sin la existencia de un muelle?. ¡Jamás! ¿Y de qué manera vamos a traer turistas, inversionistas y personas que se afinquen en ese balneario? No hay nada más nefasto para las colectividades que los tontos y mediocres en la función pública, y el daño es catastrófico cuando están enfermos de codicia; ahí en esas condiciones los pueblos son empujados brutalmente hasta un infecto lodazal. ¡Pobre Portoviejo, su único pecado fue darle abrigo a tanto arrapiezo!

Ojalá que alguna organización política, con responsabilidad ciudadana, seleccione 2 ciudadanos honestos, capaces, inteligentes, que saquen del pantano a nuestra ciudad. El próximo puerto electoral es vital para nosotros. Retraso y delincuencia o desarrollo y decencia: He ahí la disyuntiva!