Actualizado hace: 937 días 12 horas 8 minutos
CAMARONERAS
El sacrificio de los manglares

El manglar, o bosque de mangle, cumple, como ecosistema marino-costero, importantes funciones como fijador de sedimentos, protector de las costas, reciclador de materia orgánica y refugio de vida silvestre, tanto aérea como terrestre y marina.

Lunes 03 Julio 2006 | 19:24

En la costa ecuatoriana se hallan especies de mangle como el rojo, el negro, el blanco, el jelí o botón y el nato. También hay otras que son parte del ecosistema como la ranconcha, el manglillo (mangle enano). Según la página web de la organización Red Manglar (www.redmanglar.org), las extensiones de manglares en el país han disminuido notablemente en los últimos 19 años. En 1987, en el Ecuador continental había 362.802 hectáreas de manglar. Doce años después, en 1999, un estudio realizado por el Centro de Levantamientos Integrados por Sensores Remotos (Clirsen), había 154.087,31 hectáreas de manglares y salinas. El año pasado, indica la web, un estudio similar señala que apenas sobreviven 108.000 hectáreas de bosque de manglar en Ecuador. Con estos datos, se podría indicar que en dos décadas se ha perdido alrededor del 70 por ciento del ecosistema de manglar en el país. Todo esto, a pesar de que en el año 1978 se emitió un decreto supremo en el que se prohíbe la destrucción de los manglares y la construcción de camaroneras en este ecosistema. En el año 2002, el Censo Nacional Agropecuario determinó que había 234.359 hectáreas de piscinas camaroneras en la costa ecuatoriana. La Red Manglar afirma que el 75 por ciento ha sido construido ilegalmente. Las organizaciones ecologistas son las que más se han opuesto a que se siga talando el manglar para realizar este tipo de instalaciones. Otra de las afectaciones al ambiente resulta del uso de químicos y otros materiales contaminantes que se utilizan para el desarrollo y alimentación del camarón. Se dice que la sobresaturación y degradación de los ambientes de la cría por el uso intensivo e indiscriminado de químicos, tóxicos y antibióticos inorgánicos ocasiona la aparición de nuevos virus. Camaroneros con conciencia Sin embargo de los daños que, según los ecologistas, se causa al ambiente, los camaroneros aseguran que toman en cuenta la preservación del agua, el aire y el suelo. Ángel Intriago comentó que ellos hacen esfuerzos por conservar el agua de los estuarios, necesaria para los criaderos, y por cuidar el ecosistema de manglar. Con la construcción de la vía Costanera, comenzó a utilizarse menos motores fuera de borda. También se evita que el aceite y el diesel caigan en la ría. Muchos conservan remanentes de manglar en los bordes de sus piscinas, para evitar, también, el daño en los muros. La Cámara Nacional de Acuacultura indica que “puesto que un ecosistema equilibrado es la base fundamental para desarrollar cualquier actividad sustentable, el sector camaronero se esfuerza en implementar buenas prácticas de cultivo para cuidarlo”. El niño benefició a la actividad La actividad camaronera despegó con el fenómeno El Niño, en 1983, recuerda Ángel Intriago. El calentamiento del agua del mar ocasionó un aumento en la cantidad de larvas con las que se abasteció a los productores. Un informe de la Superintendencia de Bancos indica que el fenómeno El Niño trae consecuencias negativas y positivas. Como efecto positivo se registra un suministro constante y abundante de larvas que permite el aumento de hectáreas y, en consecuencia, incrementa la producción camaronera con un aumento de las exportaciones. Entre los negativos están el colapso de los laboratorios de producción de larvas de camarón, el exceso de lluvias aumenta la cantidad de algas que alteran la calidad del producto, se reducen las capturas de otras especies, se dificulta el transporte del camarón por el daño de las vías. La producción aumenta con los eventos cálidos, pero la semilla silvestre trae mayor riesgo de infecciones virales. 50 POR CIENTO Y hasta 60 por ciento de las larvas alcanzan la edad adulta, según cálculos de los camaroneros. 50.000 LARVAS Y hasta 60.000 larvas del crustáceo se cultiva, por cada hectárea, en las piscinas camaroneras.
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias