En vísperas de las fiestas navideñas Lorgio sufrió un ataque y tomó accidentalmente diesel, la ingesta le provocó problemas en el intestino grueso, los médicos tuvieron que cortarle parte del colon y desde entonces lo dejaron con una sonda para defecar. 

Luego sufrió de problemas en el riñón y los galenos le colocaron una sonda para la orina.

Sus hermanos llevan más de una década dándole los cuidados necesarios propios de su avanzada edad y su condición.

Laura y Wilson aceptan que no ha sido fácil, porque su hermano siempre vuelve a recaer y su salud periódicamente se ve desmejorada.

“Nosotros hacemos lo que podemos, lo aseamos, le damos de comer, cubrimos todas las necesidades que él tenga, incluso en cuanto a medicinas”, indicó Wilson.

Sin embargo, los hermanos esperan con ansias la llegada de una comisión de la Fundación Manuela Espejo, para que efectúe el diagnóstico de la situación de Lorgio y si tienen suerte el adulto mayor resulte beneficiario del bono Joaquín Gallegos Lara, dicha ayuda es entregada por el gobierno al familiar que cuide a personas con discapacidad severa y en extrema pobreza. Su monto es de 240 dólares al mes. 

En Santo Domingo 546 personas son beneficiarias de esta ayuda gubernamental. 

Según María Elena Rojas, directora provincial de discapacidades, hay varios requisitos que deben cumplir los beneficiarios del bono Joaquín Gallegos Lara.

Entre los principales aspectos que la Secretaría Técnica de Discapacidades (Setedis) evalúa que los discapacitados  tengan un grado de discpacidad severa, es decir que no puedan autogobernarse y que necesariamente requieran de una persona que los asista, además de vivir en condiciones socioeconómicas críticas y que no estén afiliados al IESS.

“Sin embargo, si el discapacitado no cumple con dichos requisitos puede acceder a las ayudas técnicas o ser partícipe  de un programa de emprendimiento para mejorar su situación económica”, señaló Rojas.