Con la voz entrecortada y visiblemente nervioso, Manning leyó una breve declaración no jurada en el estrado en la que pidió perdón porque sus acciones "causaran daño a gente, causaran daño a Estados Unidos" en un momento en el que "luchaba con muchos problemas personales".
Esas luchas internas fueron expuestas por dos psicólogos militares que trataron a Manning y que detectaron trastornos vinculados a sus dudas sobre su transexualidad y su homosexualidad mal recibida en las Fuerzas Armadas, que por aquel entonces no permitían ser abiertamente gay y mucho menos cambiar de sexo.
Manning dijo que está dispuesto a pagar un precio por las "no intencionadas consecuencias de sus actos" y por haber sido un iluso al pensar que podía "cambiar el mundo", al tiempo que pidió una oportunidad para volver a un "lugar productivo de la sociedad".
Pedido. "Quiero avanzar... ser una persona mejor, ir a la universidad y graduarme", indicó el exanalista de 25 años, que ha sido declarado culpable de 20 cargos, entre ellos violación de la ley de espionaje y robo, por lo que podría pasar un máximo de 90 años en una prisión militar.