El
10 de Agosto de 1809 es una de ellas, pues empezó a forjarse la revolución para que en nuestras tierras el sentido independentista despierte la conciencia de América contra la ocupación del conquistador-invasor, en este caso español.
La protesta altiva determinó que en Quito se diera lo que a la postre fuera el Primer Grito de Independencia en América, como ha sido reconocido internacionalmente.
Desde esa fecha se inició el desgaste del colonialismo y, en paralelo, empezó a ondear en los corazones de los habitantes, de la entonces Real Audiencia de Quito, la esperanza de libertad.
Esa libertad que se diera posteriormente en las faldas del Pichincha, el 24 de Mayo de 1820, base para el desarrollo posterior de un país independiente llamado Ecuador.
Las gestas fueron extractos de un sentimiento puro de libertad, de reconocimiento a los derechos del hombre, para vivir sin opresión, que son las raíces históricas que hay que defender.