Pero la humanidad fue aumentando, los pueblos fueron creciendo, algunos de ellos se convirtieron en  megalópolis, por lo que se necesitó de más servicios básicos y alimentación; los modelos económicos como el socialismo y el capitalismo se volvieron obsoletos, junto a ellos las teorías y doctrinas económicas también perdieron su vigencia por caducas, porque  el hombre necesita de un trabajo remunerado para sustentar a su prole.

Pero es mayor la oferta laboral que la demanda industrial, porque no hay tantas empresas privadas que son las que forjan riqueza y robustecen el erario público; sólo queda el Estado como generador de empleo para pagar favores políticos con toda su ineficiencia administrativa. Y el hombre debe  “jugársela” ahí, o corre el riesgo con el inminente peligro de caer en actos delictivos.

El fortalecimiento estructural de la justicia en Ecuador debe ser una de las principales prioridades del gobierno central. Necesitamos un ente judicial sin ningún asomo de trivialidades, con jueces que no sean logreros pero sí impertérritos, independientes; que entiendan y justiprecien el valor de la justicia esgrimiendo como principio universal que la justicia necesita de una verdad e igualdad absoluta en su tratamiento, para no sesgar su dictamen o sentencia buscando beneficiar a uno y perjudicar al históricamente más débil.

Los jueces deben ser profesionales, formados exclusivamente en escuelas donde adquieran los principios y doctrinas que los perfeccionen académicamente, amén de darles el respeto y abrirles el espacio requerido para que se conviertan en jueces de carrera y así enterrar para siempre la malhadada fraseología  que “fulano de tal es el dueño de la justicia”.  

La justicia es vital en el ordenamiento jurídico, junto a la libertad, la igualdad y el pluralismo político, pero esto no  se logra si no se aplican los valores morales y etiológicos para conocer las razones de las cosas, entendidas como una feliz combinación, buscando un equilibrio que nos permita conformar una sociedad sin violencia, donde el respeto impere en cada acto de nuestras vidas. Empecemos el cambio desde hoy.