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Ha caído Fausto Valdiviezo Moscoso
Ha caído Fausto Valdiviezo Moscoso
Por: Jaime Enrique Vélez

Martes 23 Abril 2013 | 00:00

Nos era bastante familiar verlo en sus reportajes televisivos, nos llenaba gratamente su actuación en la pantalla chica, sin poses, ni estrictos libretos, totalmente informal en su vestir, agudo al señalar, solidario en los embates que afectaban a los más humildes y para los que los trataron muy de cerca fue un amigo leal y afecto a la lucha contra los vicios que corroen a nuestra sociedad.

Ha caído un periodista más abatido por cobardes y asalariadas manos asesinas, esta vez le tocó al “patucho” Valdiviezo, él pagó con el más caro precio que un hombre puede pagar por mantener enhiesta la verdad, su propia vida, que es el bien más preciado que tenemos los seres humanos.
Este nefando y horrendo crimen desnuda de cuerpo entero la peligrosa y violenta sociedad en la que vivimos en este país los últimos meses de este año y no porque se trate de la muerte de un altivo periodista voy a hacer una apología de este repudiable crimen, pero no podemos ni debemos soslayar la realidad de esta patria de la que alguna vez nos ufanamos que era una “isla de Paz” y por estos días es una verdadera selva de cemento. 
En las primeras indagaciones policíacas se colige que fueron sicarios los que acabaron con la vida de este hombre bonachón, pero esas investigaciones no deben quedarse en que fueron asesinos a sueldo y fin de la cosa, se debe ir mucho más allá y descubrir a los verdaderos asesinos, los que pagaron para que lo que investigó y descubrió Fausto no salga a la luz pública. Hay que aprehender  a los auténticos  homicidas, porque los autores intelectuales son los que han sembrado de muertes y dolor, convirtiéndose en una especie de “Cosa Nostra” criolla.
Las autoridades policiales publican sus cuadros estadísticos y esos guarismos siempre apuntan a la baja de los delitos y dicen que es “percepción” ciudadana los hechos violentos, pero en nuestro entorno la realidad es diferente y vivimos en inminente peligro para nuestra seguridad.
Mientras esto sucede, las calles, parques y plazas de la patria se orlan de blanco y sirven de escenario para que los familiares de los caídos realicen multitudinarias marchas de protestas en busca de una esquiva y lenta justicia, dejando con su accionar tardado eslabones de incredulidad, ante ello apelo a los magistrados apliquen sin miramientos la deontología como medio conducente a lograr una sociedad sin crimen y donde el sincretismo sea el mejor convidado. 
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