Carmen Moreira acostumbra a comprar cada 27 de octubre unas 300 rosquitas. Lo hace para ofrecerle a sus amigos y familiares como gesto de agradecimiento por acompañarla en el velorio de su madre, quien falleció hace cinco años.

Moreira menciona que en el plato donde ubica las rosquitas no puede faltar el queso y por supuesto la taza con café caliente.

"Con las rosquitas y el queso se llenan el estómago, mientras que el café les calienta". 

Durante el mes de mayo cumple una tradición.

"Por ser el mes de María tabién reparto las rosquitas", dijo.

En Portoviejo, es típico ver a las personas en los velorios degustando de las rosquitas de harina.

Mayra Cedeño, una de las dueñas de la panificadora "Mayrita", indicó que a diario las personas se acercan a comprar las rosquitas. 

Ya sea por su sabor o por la economía de su precio, las personas católicas acostumbran comprar las rosquitas para acompañar los rezos a los santos o las personas que ya partieron de este mundo.

Cedeño mencionó que en su panadería a diario prepara a alrededor de 1.200 rosquitas.

"Todas se venden", aseguró.