En la ciudad de Detroit, Estados Unidos, Adam Thick, mejor conocido como Mr. Scrillion, fundador de Extreme Kidnappi, dice: “Este servicio está dirigido a los aventureros de deportes extremos que están aburridos con lo que está disponible en la actualidad, lo que lo lleva (Extreme Kidnapping) a un nivel totalmente distinto”.
“Si no te sientes como si estuvieras realmente secuestrado y tu vida está en peligro, entonces no estaríamos haciendo bien nuestro trabajo”, agrega. Por “sólo” 1.500 dólares, Drew Magary fue atada, amordazada, golpeada e impactada con una pistola paralizante, por un falso convicto y sus secuaces. Si 1.500 dólares no están a su alcance, hay experiencias más económicas, como pasar una noche en un sótano lúgubre. El cliente tiene la posibilidad de abortar la operación del secuestro en cualquier momento, nombrando una palabra clave. Como recuerdo, todos los clientes reciben un vídeo.