Con más fuerza suena por estos días un ser inconfundible y famoso dentro del espectro electorero nacional, se trata nada menos de “Don Burro”; terco pero inteligente y noble animal que ignorante de tal acontecimiento ha logrado opacar en toda su fama a casi todos los aventureros de la presente lid, aunque sea por estos días. “Don Burro”, maltratado y siempre humillado, esta siendo promocionado por un grupo de ciudadanos para que ocupe una curul en la Asamblea, y de darse el caso, a decir de sus seguidores, a diferencia de muchos de los candidatos aspirantes, a “Don Burro” es difícil forzarlo a hacer algo que contradiga sus propios intereses y por lo menos ocuparía una Curul para rebuznar.
Al efecto, estimados conciudadanos, el derecho a la resistencia ante tanto absurdo del destino político del Estado así como el irrespeto de los partidos y movimientos al ofertar candidatos que no ofrecen la más mínima garantía, también incluye el estado emocional e intelectual de las personas. Un país en verdad democrático debe ser orientado con responsabilidad social, guiado por representantes preparados en el conocimiento y conocedores de la problemática nacional; es hora de exigir a los gobernantes de turno y a quienes quieren gobernarnos y representarnos, oferten en sus listas candidatos idóneos, que aporten con ideas y conocimiento a los objetivos y fines del Estado.