“Aquellos que esperan ver una revolución social “pura”, nunca vivirán para verla. Esas personas prestan un flaco servicio a la revolución, al no comprender qué es una revolución”. 

Este mensaje, especialmente para Alberto Acosta y su grupo, de la denominada “izquierda plurinacional”, simplemente para decirles que están equivocados, y que todavía hay tiempo para rectificar. Comprendo que sería una decisión “heroica”… pero quedará ante la historia, la constancia que no lo hicieron el juego a la derecha, al tratar de impedir la segunda reelección de Rafael Correa. Además, basta salir a conversar con la gente del campo y la ciudad, para comprender que Correa ganará las nuevas elecciones presidenciales, con un amplio margen. Que incluso, muchos militantes de las bases de la “izquierda plurinacional”, acabarán votando por Correa, para no traicionar su propia conciencia. 

Gran labor la que le espera a los nuevos asambleístas, y especialmente a Félix Alcívar, que con su votación mayoritaria, será el conductor del proceso en Manabí. Allí lo ha puesto la historia… y hay que ayudarlo para que no fracase. Indudablemente que es un hombre de pueblo, y está capacitado para enfrentar, las “oleadas de la contrarrevolución”. Hay que recordarle a Félix lo que respondía León Trosky, cuando le preguntaban: Qué es una revolución?. Contestaba el maestro: “Es una situación donde las masas comienzan a tomar el destino en sus propias manos”. 

Esa es la gran labor que le espera a la revolución de Correa, en los próximos días, en Manabí y en todo el país. Y si Mariano quiere ayudar, pues que ayude, aunque sea con sus millones. Esa plata se la dio el pueblo… pues que la devuelva al pueblo. Y no la gaste solamente en “caballos de paso”. 

El secreto está en que las masas, el pueblo, empiece a tomar el destino en sus propias manos. Esa es la participación ciudadana, que todavía está en pañales. Organizar, organizar. Movilizar, movilizar, movilizar. Concientizar, concientizar, concientizar. Así se hacen las revoluciones. 

Y los que duden. Que le pregunten a Marx, Lenin, a Mao, al Ché, a Don Eloy, a Salvador Allende, a Rafael Correa, a Hugo Chávez, a Manuel Agustín Aguirre, al Dr. Aquiles Valencia Aguirre, al “cojo” Cedeño, en Manabí. A los miles de seres humanos. Hombres y mujeres que edificaron revolucionarios. 

Y a los indecisos, también recordarles la frase de Fidel: “¡Pa' lante. Pa' lante. Y al que no le guste…que tome purgante”!. Para analizar la situación que viven hoy, la izquierda ecuatoriana y latinoamericana, empiezo con una frase de Vladimir Lenin, el gran estratega de la revolución rusa: “Aquellos que esperan ver una revolución social “pura”, nunca vivirán para verla. Esas personas prestan un flaco servicio a la revolución, al no comprender qué es una revolución”. 

Este mensaje, especialmente para Alberto Acosta y su grupo, de la denominada “izquierda plurinacional”, simplemente para decirles que están equivocados, y que todavía hay tiempo para rectificar. Comprendo que sería una decisión “heroica”… pero quedará ante la historia, la constancia que no lo hicieron el juego a la derecha, al tratar de impedir la segunda reelección de Rafael Correa. Además, basta salir a conversar con la gente del campo y la ciudad, para comprender que Correa ganará las nuevas elecciones presidenciales, con un amplio margen. Que incluso, muchos militantes de las bases de la “izquierda plurinacional”, acabarán votando por Correa, para no traicionar su propia conciencia. 

Gran labor la que le espera a los nuevos asambleístas, y especialmente a Félix Alcívar, que con su votación mayoritaria, será el conductor del proceso en Manabí. Allí lo ha puesto la historia… y hay que ayudarlo para que no fracase. Indudablemente que es un hombre de pueblo, y está capacitado para enfrentar, las “oleadas de la contrarrevolución”. Hay que recordarle a Félix lo que respondía León Trosky, cuando le preguntaban: Qué es una revolución?. Contestaba el maestro: “Es una situación donde las masas comienzan a tomar el destino en sus propias manos”. 

Esa es la gran labor que le espera a la revolución de Correa, en los próximos días, en Manabí y en todo el país. Y si Mariano quiere ayudar, pues que ayude, aunque sea con sus millones. Esa plata se la dio el pueblo… pues que la devuelva al pueblo. Y no la gaste solamente en “caballos de paso”. 

El secreto está en que las masas, el pueblo, empiece a tomar el destino en sus propias manos. Esa es la participación ciudadana, que todavía está en pañales. Organizar, organizar. Movilizar, movilizar, movilizar. Concientizar, concientizar, concientizar. Así se hacen las revoluciones. 

Y los que duden. Que le pregunten a Marx, Lenin, a Mao, al Ché, a Don Eloy, a Salvador Allende, a Rafael Correa, a Hugo Chávez, a Manuel Agustín Aguirre, al Dr. Aquiles Valencia Aguirre, al “cojo” Cedeño, en Manabí. A los miles de seres humanos. Hombres y mujeres que edificaron revolucionarios.