Días atrás traté de la teoría emitida por el -según algunas publicaciones- hombre más rico del mundo, Carlos Slim Helú, quien piensa sería importante que el ser humano trabajando menos tiempo en la juventud, los años de servicio se prolonguen en beneficio de la sociedad postergando su jubilación o retiro; atribuí que él emitió su pensamiento basado en la indudable experiencia que el ser humano acumula a través de los años de vida.
De esto he tenido algunos diálogos con diversas personas, quienes admitiendo la idea también manifiestan sus reparos basados en distintos criterios, experiencias y análisis que provocan la propuesta de Slim; por ejemplo, si de veras la experiencia es invaluable y no tiene reparos su incorporación a los activos intelectuales del individuo, en cambio hay factores de la actual vida moderna que la hacen insuficiente en la práctica, debido por decir, a la deficitaria asimilación del adulto mayor a las modernas tecnologías de la comunicación y especialmente la informática con sus afines; al extremo que actualmente quien no domina el manejo de una computadora y sus múltiples herramientas, entre las que se destaca el Internet, simplemente adolece de una suerte de analfabetismo.
Otro punto de análisis es la barrera generacional que se ampliaría con la natural irrupción de gente cada vez más joven en un mercado donde permanecerían laborando más años con gente muy adulta; esto aparentemente inofensivo, generaría incompatibilidades entre los actores laborales debido a la diferencia de costumbres, ritmos de trabajo, nuevos conocimientos, capacidad de aprendizaje y muchas otras consideraciones, lo que en muchas entidades actualmente ya genera lentos y/o malos resultados, con énfasis cuando a sus principales se les ha olvidado la máxima: “Hay que tener la sabiduría de saberse retirar a tiempo”… para que más valgan los consejos.
En un medio como el nuestro, donde la mayoría de actividades productivas giran alrededor de entidades familiares, calza espontánea la teoría de Slim, pero en las otras sería de sopesar mucho ésta y las que surgirán, que no serían nuevas, sino consideraciones que inciden en las relaciones humanas del trabajo y la producción, pero que afectan al crecimiento o estancamiento de las sociedades donde se desarrollan. En todo caso y a la espera de alguna otra incursión de este nivel en temas que precisamente no son negocios puntuales, como la reciente entrada del magnate al mercado europeo por medio de compra de acciones de negocios establecidos, creo evacuado este tema que espero nos deje favorables conclusiones personales que incidirán en nuestros entornos, como en el de nuestras comunidades.
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