Según las estadísticas oficiales, al menos 13 personas mueren en las carreteras en una jornada en colisiones que dejan pérdidas al Estado estimadas en 500 millones de dólares anuales, básicamente por el exceso de velocidad.

El 46 por ciento de los impactos registrados se producen por esa causa, derivada de la cual se establecieron sanciones para quienes violen los límites establecidos en cada zona.

Las nuevas disposiciones establecen como rango para las zonas urbanas los 50 kilómetros por hora para carros livianos y de 40 kilómetros por hora para los pesados.

Mientras, en la zona perimetral los vehículos livianos pueden circular a 90 kilómetros por hora el transporte público y de carga a 70 kilómetros por hora.

En caso de que un chofer infrinja lo establecido podría sufrir tres días de cárcel, además de pagar multas y perder puntos en su licencia de conducción.

El reglamento considera, además, un rango moderado sobre el límite permitido, a partir del cual ya aplica una sanción menor pero sin cárcel, de 87,69 dólares de multa, y seis puntos en la licencia.

Sin embargo, si se rebasa el rango moderado la multa será de 292 dólares, 10 puntos menos a su licencia y tres días de cárcel.

Las multas impuestas en apenas dos semanas a más de seis mil 433 conductores ascienden a 500 mil dólares.

Del total de imprudentes, 53 pasaron tres días en la cárcel, entre quienes no pocos critican las condiciones en que son retenidos.

Hasta ahora las provincias que más reporta detenidos son Azuay, Santo Domingo de los Tsáchilas, Pastaza, Orellana, Cotopaxi, Pichincha y Chimborazo.

La Agencia Nacional de Tránsito informó que de enero a abril de este año se registraron siete mil 773 accidentes automovilísticos, de los cuales tres mil 889 ocurrieron por la impericia del conductor.