Los martes 17 y 24 de Julio se realizaron en Manta y Portoviejo las respectivas marchas cívicas en pro de la seguridad ciudadana, en consideración a la difícil situación por la que se ha venido pasando con relación al crecimiento delincuencial, de manera principal en el puerto mantense, en donde los asaltos, secuestros, asesinatos y el sicariato han estado a la orden del día. La participación de la ciudadanía fue numerosa en ambas ciudades, pudiendo catalogárselas como multitudinaria en relación a la población. Sin consideraciones de orden político, social, de edad o actividad individual, los participantes se hicieron presentes masivamente en reclamo de esa seguridad tan venida a menos. Y los resultados se vieron de inmediato ante esa justa presión de la ciudadanía que se tomó pacíficamente las principales calles de Manta y Portoviejo. Esa muestra de unidad solidaria fue el aliciente e incentivo para que las autoridades gubernamentales respondieran con las acciones que hagan posible el tratar de detener ese auge delincuencial y brindar así la seguridad a que tiene derecho la ciudadanía.

Las causas por esa situación que vive no solamente Manabí sino el país entero, son conocidas.  Pero como no se saca nada con lamentaciones, los manabitas resolvieron realizar estas marchas pacíficas y cívicas, así como hacer llegar los justos planteamientos y pedidos que de ser aceptados y puestos en práctica, aliviarían en gran parte esa inestable y peligrosa situación.
Y Bahía de Caráquez dio muestras también de ese solidario reclamo ciudadano, cuando en la mañana del viernes 27 se realizó una marcha por la paz y la seguridad que siempre han caracterizado a esta ciudad, pero que por acá también llegó ese accionar delincuencial que a todos preocupó y que llevó a que Bahía de Caráquez se sumara a ese justo reclamo a través de la marcha que congregó a un millar de ciudadanos, aunque no estuvieron todos los que debieron estar, principalmente en el área empresarial y los comerciantes que a diferencia de Manta y Portoviejo acá no suspendieron momentáneamente sus actividades, a pesar de ser ellos los más afectados con la acción delincuencial.  Pero, en todo caso, Bahía de Caráquez reaccionó en pro de que se restablezca su condición de ciudad pacífica, tranquila y segura.  Y también por acá se notan los resultados al aumentarse la dotación policial y al incorporarse en ese necesario control a un grupo de militares.  El origen y el refugio de los delincuentes son  conocidos por todos. 
Ojalá que los resultados sean beneficiosos y definitivos por la seguridad ciudadana.<