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Fútbol
La vieja guardia lleva al Chelsea a su segunda final de Liga de Campeones

La vieja guardia del Chelsea se tomó ayer la revancha con el Barcelona y logró el pase a la segunda final de Liga de Campeones de su historia, algo impensable a comienzos de la presente temporada.

Miércoles 25 Abril 2012 | 08:00

Tal y como sucedió en la etapa del conjunto londinense bajo la batuta del actual entrenador del Real Madrid, el portugués José Mourinho, el Chelsea se aferró a sus veteranas estrellas para desarrollar un juego típicamente inglés basado en la solidez defensiva, los balones largos y el contragolpe.

La decana columna vertebral del equipo "blue", con John Terry (31 años), Frank Lampard (33) y Didier Drogba (34) a la cabeza, es la que ha revertido la tendencia mostrada por el Chelsea a comienzos de curso y la que ha logrado que el equipo londinense logre el pase a las finales de Liga de Campeones y FA Cup (Copa de Inglaterra).

Estos tres jugadores, desacreditados en varias ocasiones por el anterior técnico, André Villas-Boas, son muy afines al exentrenador del Chelsea y posible rival del equipo "blue" en la final de la máxima competición continental, José Mourinho.

En una temporada en la que el Chelsea partía como uno de los favoritos para lograr la Premier League, con un técnico avalado por su gran trabajo en el Oporto y los fichajes de jugadores como Juan Mata, Raul Meireles o Romelu Lukaku, además de la aclimatación de Fernando Torres, el proyecto hizo aguas desde el primer momento.

Villas-Boas, de 34 años, intentó rejuvenecer el equipo y cambiar una filosofía de juego típicamente inglesa dando la titularidad a futbolistas jóvenes y con más futuro como David Luiz (24 años), Juan Mata (23), Daniel Sturridge (22), Oriol Romeu (20) o Fernando Torres (27) por delante de la vieja guardia.

Los resultados no acompañaron la "revolución" del portugués y el magnate ruso Román Abramóvich, que pagó 15 millones de euros al Oporto por el técnico, lo destituyó a los ocho meses y dio el mando del banquillo de Stamford Bridge a su segundo, Roberto Di Matteo.

El técnico italiano decidió separarse de los métodos de su predecesor y volvió al tipo de juego que tantas alegrías dio al club de Londres en los últimos años, basado, sobre todo, en sus pilares: John Terry, Ashley Cole, Frank Lampard y Didier Drogba.

Con la clasificación lograda ayer para la final de la Liga de Campeones, el petrolero ruso Román Abramóvich espera materializar el sueño europeo que persigue desde que se hizo con el club hace casi una década.

Pese a la inversión multimillonaria y a decenas de fichajes que ofrecieron un rendimiento más que discutible como Juan Sebastián Verón, Adrian Mutu, Hernán Crespo, Arjen Robben, Mateja Kezman, Yuri Zhirkov o Andrei Shevchenko, el equipo "blue" vuelve a sostenerse sobre sus veteranos pilares.

Esos pilares han sido los que han llevado al conjunto de Stamford Bridge a su segunda final de Champions League de su historia, después de alcanzarla en la temporada 2007-08.

El conjunto "blue" la perdió ante sus rivales del Manchester United en los penaltis, tras el fallo del lanzamiento decisivo por parte de su capitán, John Terry, símbolo de este aguerrido Chelsea y que, curiosamente, se perderá la final de este año por sanción.

La final de Múnich del próximo 19 de mayo puede ser el colofón de una temporada que apuntaba a mediocre para el equipo "blue" y, probablemente, la última oportunidad de alcanzar la gloria europea para la vieja guardia del Chelsea.

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