casos. Abelardo Ávila, quien está albergado en la escuela Ernesto Aveiga del sitio Las Vegas, tiene que desocupar las aulas del centro educativo. Él no tiene dónde habitar porque su casa, ubicada en la vía Correagua, fue destruida por la creciente del río.
En igual condición está Esteban Lucas, Ana Anchundia y 17 familias más que están albergados en la escuela Manuel Córdova, en el sitio Correagua y la iglesia de San Silvestre. El lunes inician las clases en los establecimientos educativos de la región Costa y algunos son ocupados como albergues. Piedad Zambrano, presidenta de la Junta Parroquial de Crucita, ya informó del problema al Ministerio de Inclusión Económica y Social, Mies, y Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, Miduvi. “Hasta el momento me informaron que el Mies aportará con los recursos económicos para alquilar cuartos para reubicar a las familias que están en los albergues”, dijo Zambrano.

otras familias. Mientras que en Portoviejo, en el albergue del Concorde se piensa en ampliar las instalaciones para trasladar a los albergados que están en centros educativos que empezarán clases en cuatro días, según Yianko Vásconez, empleado del Ministerio de Inclusión Económica y Social. En este lugar están 220 personas de un total de 54 familias.
Allí incluso se construyeron nuevos lavanderos y se adecuaron canchas de juego para los niños.
El servicio de malaria estuvo ayer fumigando el albergue contra los mosquitos. La mayoría de personas que habitan aquí son de laa colinas o de las riberas del río a su paso por la parroquia Andrés de Vera.
Mariuxi Chica, albergada, indicó que se sienten muy bien en El Concorde y que esperan una nueva casa para poder vivir.
María Fernanda Mendoza, otras de las albergadas comentó que están, sobre todo, en un lugar seguro.<