Al menos 93 personas murieron ayer en el bastión opositor sirio de Homs, blanco de bombardeos y de una sangrienta ofensiva lanzada por las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, según un grupo de la oposición.
Ese saldo es provisional, según Al Homsi, debido a la cantidad de cuerpos que todavía están atrapados bajo los escombros de las casas destruidas. "La situación es trágica. Los bombardeos afectan de manera indiscriminada a las viviendas de civiles", lamentó el miembro de los CCL.