El Gobierno liberal-conservador británico quiere que entren al país solamente los "inmigrantes buenos": trabajadores y estudiantes cualificados que "pueden aumentar la calidad de vida" en el Reino Unido y que disponen de una sólida renta anual.
El Gobierno del 'premier' David Cameron se ha comprometido a limitar el flujo migratorio extracomunitario a "pocas decenas de miles de personas" de aquí al 2015.
El objetivo es reducir la cuota hasta llegar al 20% de la del 2010, cuando entraron al país unos 242.000 inmigrantes con visado regular. El Gobierno anunció que los candidatos a instalarse en el país tendrán que disponer de una renta superior a las 31.000 libras anuales, unos 37.000 euros. Además, las parejas extracomunitarias de ciudadanos británicos tendrán que someterse a una prueba de idioma obligatoria y "probar" que pueden vivir de forma independiente.