En la anterior administración municipal se prohibió el uso del agua de mar para la limpieza de los pescados, porque en esta zona descargan aguas residuales varias industrias y además desembocan cerca los ríos Muerto, Burro y Manta, cuyos causes también trasladan hasta la playa aguas negras de conexiones clandestinas.
Hay que preguntarle a los administradores del mercado, que son los mismos comerciantes, porqué no instalan las llaves de agua en cada puesto, criticó Luis Dávalos, presidente del Comité Pro-salvación de la playa de Tarqui.
En los mesones de venta de pescado se instaló el servicio de agua potable, pero se perdieron las llaves.

 RIESGO. Dávalos denunció este riesgo para la salud en la reunión que los dirigentes de los diferentes gremios de comerciantes y hoteleros tuvieron con las autoridades municipales la semana pasada.
"Hay que preguntarles a los concejales y comisarios porqué se hacen de la vista gorda", aseveró.
El agua de la playa no puede ser usada en alimentos, por los riesgo de contaminación que hay, agregó.
Xavier Briones, comisario municipal, dijo que Dávalos no tiene calidad moral para lanzar acusaciones.
"Los pescadores son muy sabios y tienen sus razones para usar agua dulce o salada", se justificó Briones.

 calidad. Xavier Rodríguez, comerciante, dice que el agua dulce poco la utilizan, por lo que la falta de llaves no es problema.
"Cuando queremos agua la buscamos en el aljibe que tenemos a pocos pasos. Aquí más se usa el agua salada para mantener  húmedo y fresco el producto. Hacerlo con agua dulce provoca la descomposición del pescado", aseguró.
En la zona donde se realiza el eviscerado también se usa agua del mar. Los comerciantes mayoristas dicen que prefieren que el pescado se lo limpie con agua salada, para mantener la calidad y frescura.
Andrés Grain, limpiador, dice que el pescado para uso doméstico jamás lo lavan.
"Sólo lo evisceramos y los clientes se lo llevan a casa para lavarlo a su manera antes de prepararlo", comentó. <