Los sables fueron donados por Colombia Alfaro, hija del Viejo Luchador, en los años sesenta al Museo Municipal. Pero hace 27 años, miembros del grupo insurgente Alfaro Vive Carajo (AVC) los sustrajeron.
El sábado pasado, al conmemorarse el centenario de la muerte de Alfaro, la secretaria de Pueblos y exintegrante de AVC, Mireya Cárdenas, entregó las espadas al presidente de la República, Rafael Correa. Desde ese día los objetos fueron entregados al Centro Cívico Ciudad Alfaro (Montecristi, Manabí), donde el gobernante dio su informe semanal.
Hoyos considera que “no hay ningún argumento para coger un objeto que pertenece al Museo de Guayaquil y entregárselo a un museo de otro lugar”. Agregó: “Esto me parece una absurda estupidez por parte del Gobierno, pero ya estamos acostumbrados a ello”.
Hoyos contó que no existen fotografías de los sables, por lo que “pueden meterle gato por liebre a este pobre pueblo diciéndole que esas espadas son las que se sustrajeron del Museo y no es nada más que un gigantesco montaje para hacer más importante el gobierno de Rafael Correa”.
La posibilidad de que Guayaquil reclame las espadas que ahora están en Montecristi, en caso de comprobarse que efectivamente son las que usaron Alfaro y Montero, fue confirmada por el director del museo porteño, Víctor Arellano.
La entrega al Gobierno de las espadas de Alfaro por parte de una exintegrante del grupo que las robó y que ahora trabaja para el régimen, fue criticada por el alfarista Juan Cuvi.
“Esta es una decisión inconsulta de Rosa Mireya Cárdenas, en ningún momento ella conversó con el colectivo de AVC, que éramos los que debíamos haber tomado una decisión”, dijo Cuvi en una entrevista con este Diario en la que puso en duda la autenticidad de los objetos que recibió Correa.
“Habría que certificar si son las originales. En caso de serlo, el país requiere una explicación de dónde aparecieron. ¿Por qué aparecen ahora? No hay justificativo para que hayan sido devueltas y mucho menos a un Gobierno”, dijo Cuvi.