El evento tuvo lugar ayer frente al Palacio Memorial de Kumsusan, mausoleo que alberga en Pyongyang el cuerpo embalsamado de Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte y "presidente eterno del país", y donde también descansan los restos mortales de Kim Jong-il.

Efectivos de las Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire norcoreanas juraron, frente al palacio, fidelidad al nuevo líder Kim Jong-un, en un acto en el que altas autoridades del Ejército pronunciaron un mitin, según Yonhap, que citó a la estatal Agencia Central de Noticias de Corea del Norte, KCNA.

"Construiremos un bastión multiplicado por diez mil para proteger al comandante en jefe y nos convertiremos en fusiles y bombas para servir como cuerpos defensores de primera línea de Kim Jong-un desafiando a la muerte", declaró durante el acto Ri Yong-ho, jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Corea del Norte.

Como respuesta, todos los participantes pronunciaron en voz alta las consignas "Defensa incondicional de Kim Jong-un" y "Reunificación nacional", según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte.

El apoyo militar se considera crucial a la hora de garantizar la transición del poder del fallecido líder Kim Jong-il a su hijo menor y sucesor, Kim Jong-un.

El joven Kim Jong-un, cuya edad se estima en 28 o 29 años, fue elevado al cargo de "comandante supremo" de las Fuerzas Armadas después de la inesperada muerte de su padre, Kim Jong-il, que falleció el pasado 17 de diciembre a los 69 años tras ejercer el poder absoluto en el país durante 17.

El Ejército de Corea del Norte, uno de los más numerosos del mundo, con más de un millón de soldados en activo, es el principal garante de poder de la dinastía Kim, que conserva el mando totalitario del país desde su fundación hasta hoy a pesar de las graves dificultades económicas que atraviesa desde los años 90.