Valentín García, quien vive allí y tiene un negocio en el lugar, dice sentirse afectado, no sólo en su salud porque respira noche y día el olor nauseabundo de las aguas servidas sino también porque son pocos los clientes que llegan.
"No vienen para evitar enfermarse con la contaminación existente", señaló.
Amadio Bolpatio, párroco de la Iglesia de Los Esteros, también lamentó la insalubridad que los rodea.
Los feligreses también evitan ir a la iglesia a escuchar la misa para no respirar los contaminantes olores, que invaden el templo.
"Las autoridades no quieren responder a las quejas generadas por este problema", señaló el párroco.
Lorenzo Anchundia, otro morador, dijo que el centro de Los Esteros no puede seguir exhibiendo una imagen insalubre.
PROTESTA. Ayer los moradores que viven en la parte baja de Los Esteros, amanecieron protestando.
Quemaron llantas y se aglomeraron cerca a la estación de bombeo, donde se construye un nuevo cárcamo para receptar aguas servidas de numerosos barrios de la parte noroeste de la ciudad.
Los moradores aseguran que esa obra ha originado no sólo los reboses de aguas servidas sino también la inestabilidad de varias viviendas que lucen cuarteadas en sus paredes, hundimiento de piso y paredes de patio a punto de venirse abajo.
Estos problemas se dan especialmente en el callejón de la escuela “10 de Agosto”.
La protesta hizo que llegaron las autoridades de la Empresa de Agua.
El gerente de la Epam, Eloy Reyes, sus asesores y técnicos del Consorcio Aguas Manta -empresa que trabaja en la ampliación de la estación de bombeo-, prometieron solución para hoy.
Ofrecieron asumir cualquier perjuicio generado por al obra.
El callejón será reparado por la empresa contratista, dijo Reyes.
DETALLE. Gabriel Daza, representante de la empresa ejecutora, manifestó que ya se cumplió con los trabajos críticos. "Ya no habrá ruidos ni vibraciones. Ahora viene la obra básica del nuevo cárcamo que estará en abril", aseguró. <