Al concluir esta serie de artículos sobre lo que fue el Chone de Ayer, no puedo dejar de mencionar la botica Bolívar, de don Flavio A. Ortiz, en la esquina de lo que hoy es el Banco Pichincha, donde usted encontraba en media farmacia una bola de cristal inmensa con un liquido color violeta en su interior, y donde la gente convergía para conversar.

Los ceviches de concha  y una cerveza helada en el salón de Gérmanico Rivera, en la esquina del Palacio Municipal.
Los comentarios críticos de radio Chone, de don Argemiro Andrade Díaz con su peculiar característica; más aun, acérrimo hincha del Barcelona.
Los famosos bollos de maní con chancho en las madrugadas, en los alrededores del viejo mercado central.
Las famosas fiestas de San Pedro y San Pablo de la parroquia Sta. Rita. El legendario cine Venus de la familia Pincay, lo que hoy es la clínica Rivera Chang (calle Atahualpa). La vieja casona de madera de la escuela Juan Montalvo, con don Mariano Andrade como su director. La mismísima escuela Oasis, fundada por don Isidoro Mendoza, que siempre vestía de blanco. Las rimbombantes fiestas del primero de Mayo, de la Unión Obrera, donde se festejaba en grande el Día del Trabajo. La populosa asamblea de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Chone Ltda. con el reparto de premios. El depósito de cemento Rocafuerte y cerveza Pílsener de Jorge Rodríguez Vera . Las interminables arreas de mulares (10 y 15 acémilas) cargadas de productos como café, palma real, cajones de queso, desde Yesca (hoy parroquia Eloy Alfaro hasta Chone), que duraba 5 días de viaje. La primera cooperativa de buses interprovincial a Guayaquil, la Sudamericano y posterior la CIA. Todo eso fue el Chone de Ayer.
En el 2012, opinaré del Chone de Hoy. Lo que se hace, lo que se puede hacer y lo que no quieren hacer o lo que quedan de los recuerdos.<