El Chigualo, la Navidad como se celebra tradicionalmente sobre todo en el campo, se expresa a través de una combinación entre lo sagrado y lo profano.
En un lugar ambientado con el pesebre, llega por ejemplo el "Juego de la sortija". Los participantes se sientan en el piso con las manos atrás y palmas abiertas. El encargado de la sortija pasa por detrás de cada uno realizando el intento de dejarla en una mano y diciendo “esconde, esconde la sortijita”. Una vez que la ha depositado en alguna mano, empiezan a adivinar uno por uno quién la tiene. El que adivina lleva un premio, el que no, paga con penitencia, generalmente un versito o un amorfino. Se puede realizar las veces que se quiera. <