Ministro de Estado, Prefecto Provincial, periodista, escritor e historiador, este ciudadano chonero es uno de los ciudadanos connotados de esta parte de la patria, que en el ejercicio de las funciones detalladas supo siempre imponer su sello personal de capacidad, inteligencia, civismo, patriotismo y transparencia acrisolada. 

Los pueblos y los estados siempre guardan recuerdos de sus hijos más sobresalientes, que se han destacado en todos los actos públicos y privados de su existencia, que irradiando luz propia se convirtieron en personajes heráldicos blasonados de noble estirpe y linaje.

Con justicia el señor rector doctor Medardo Mora Solórzano, otro de los pro - hombres de Manabí,  y el honorable consejo universitario de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, le acaban de otorgar a tan dignísimo ciudadano de nuestra provincia el Doctorado Honoris Causa, a cuyo homenaje se adhirió con sobrados merecimientos,  la Casa de la Cultura de Manabí, en la persona de su dinámico presidente doctor Dumar Iglesias Mata, y el núcleo de intelectuales que conforman la directiva; y de igual manera todas las instituciones y núcleos sociales del cantón Chone,  encabezados por el doctor Ítalo Colamarco Vera, en calidad de su alcalde. 

Nos adherimos a tan merecido homenaje, que se le rinde a don Enrique Delgado Coppiano,  que sirve de ejemplo para todos los manabitas y especialmente a la juventud que crece y se educa.

Este homenaje también nos permite reflexionar al observar el reverso de la medalla, la actuación de políticos que por décadas se han mantenido en el poder, llenos de influencias políticas y administrativas; legisladores que nunca desarrollaron una labor planificada ni elaboraron proyectos macros para lograr el desarrollo provincial, pero sí el interés personal que los convirtió en potentados económicos. No hay necesidad de nombrarlos, el pueblo ya los tiene plenamente identificados. El país está cambiando y Manabí debe estar inmerso en este cambio, por eso creo digno de relievar este Doctorado Honoris Causa otorgado a don Enrique Delgado Coppiano. 

A gran Señor, gran honor.