Con un malestar evidente brindó una entrevista para El Diario ayer cuando realizaba un recorrido por la calle 15 de Abril.
Allí comentó que el plan maestro de agua potable ha sido un dolor de cabeza constante y que Conagua quiere, con la acción que interpuso, justificar la falta de liquidez y capacidad técnica para culminar la obra.
“Esto es querer que las palomas maten a las escopetas”, dijo el alcalde, quien reveló además que la empresa ni siquiera ha amortizado los anticipos del contrato original y complementario, por lo que considera que para culminar sus labores necesitarían al menos de 700 mil dólares y el pago que debe hacer el municipio no supera los 250 mil.
Asimismo, señaló que Conagua ha estado acostumbrado a no acatar órdenes de trabajo y que nunca han tenido las maquinarias ni personal suficiente y que más bien la fiscalización ha tenido toda la voluntad de ayudar en el proceso para evitar que se estanque la obra.
Finalmente el funcionario indicó que conoce por fuentes extraoficiales que representantes de Conagua no sólo tienen problemas en Portoviejo sino también en otras ciudades del país como en Quito.

 Reacciones. Por otra parte, nuevas voces se suman en contra de la demanda de Conagua. En este caso la concejala Vanesa Guillen, quien los calificó de “cara dura” y a la fiscalización de "alcahueta".
“Acaso es que están huyendo a las pruebas hidrostáticas, porque allí vamos a ver los resultados de su trabajo. Yo preferiría que se vayan estas empresas, pero hay que buscar lo que más nos conviene a todos los portovejenses”, añadió la edil
Otro pronunciamiento es el de Moisés Cedeño, expresidente de los colegios profesionales de Manabí, quien dijo que es inaudito lo que está pasando y que el municipio tiene que de una vez por todas poner orden. Agregó que la fiscalización es la culpable de lo que está pasando.<