Nadie sabe de dónde viene ni hasta cuándo dotará del líquido, lo que sí agradecen es que el chorro esté allí limpio y fresco cada mañana.

En esta ciudadela, ubicada a menos de dos kilómetros de la ciudad y de la planta de tratamieto de agua potable, las personas aún deben proveerse del líquido por medio de tanqueros, los cuales, debido a la gran demanda que hay en el cantón, no siempre llegan al sector, por eso “el chorro milagroso” es la solución para ellos.

Pero no sólo en Chone se da este problema. Según la Senagua, en Manabí hay 6 plantas potabilizadoras de agua que alcanzan a abastecer, en el máximo de su capacidad, a casi 700 mil habitantes, lo que significa que cerca de la mitad de los 1'345.779 habitantes que tiene Manabí, de acuerdo al INEC, no tiene acceso al agua potable.

Carlos Castro, comunicador, señaló que la gente de esta provincia aprendió a convivir con la falta de agua potable. Así recuerda que hasta hace poco había gente que tomaba agua de pozos y hasta de río. “Nadie se enfermaba, tal vez 

porque las aguas no estaban contaminadas”, expresó.

 

CONDICIONES. 

Los manabitas que acceden al agua potable son quienes viven en las ciudades más grandes y aunque no la reciben el 100 por ciento ni el suministro es constante, sí tienen ventaja sobre quienes viven en las zonas rurales y periféricas, donde la entrega es irregular, explicó un técnico especializado en el tema que prefirió el anonimato.

Las 6 plantas en Manabí son: Cuatro Esquinas para Portoviejo; El Ceibal, para Manta, Rocafuerte y Crucita; la de Chone; la de Jipijapa, la de Guarumo para Santa Ana y 24 de Mayo; y la Estancilla para Calceta, Junín, Tosagua, Bahía de Caráquez y San Vicente. 

En cantones como  El Carmen, Flavio Alfaro, Pichincha, Jama y Pedernales hay plantas compactas que abastecen del líquido a unas 100.000 personas. Todas ellas son para la cabecera cantonal. Mientras que en las parroquias, en el mejor de los casos se abastecen de agua clorada, ya que hace tres décadas un plan estatal construyó 50 sistemas de agua entubada, es decir acopiar agua desde un pozo, llevarla hacia tanques elevados y desde allí distribuirla a la población.

Antes toda la responsabilidad de dotación de agua recaía en la entonces  CRM, ahora Senagua, pero eso ya no es así, explicó Giovani Angelelli, del ente mencionado, pues destacó que ahora, por decreto, la entrega de agua potable es competencia de cada municipio, por eso ya pasaron las plantas de tratamiento a esas entidades.

Angelelli dijo que La Senagua ahora es la rectora de los recursos hídricos y es un supervisor general del uso del agua. 

"Eso sí, contamos con una gran cantidad de técnicos y especialistas en los temas hídricos que mediante convenio pueden ayudar a los cabildos en sus planes de reforzar sus plantas de tratamiento o sus redes", aclaró.<