Desde entonces, 24 años atrás, los intentos por avanzar en el control y reducción de esta costumbre ha logrado superar diversas trabas que se presentan tanto por la resistencia del mismo fumador como por otros intereses ligados a poderosos  consorcios económicos cuya presencia y actividad son considerados como importantes para gobiernos de varios países del mundo, que ven en el negocio tabacalero factores favorables al presupuesto y a la vivencia social.
La prevención principal de la OMS apunta a la defensa de la salud para evitar principalmente el desarrollo de cáncer pulmonar, pues se considera que consumir tabaco es la segunda causa mundial de muertes, luego de la hipertensión, estimándose que anualmente el mundo mueren 5.4 millones de personas, un 70 por ciento en los países en desarrollo cuyas leyes son más permisivas.
Y la preocupación se dirige también a la defensas de los fumadores pasivos, que son las personas que inhalan el humo del tabaco sin fumar, por estar en la esfera de acción de quien sí lo hace, afectándose así a niños, jóvenes y adultos.
En Ecuador algunas entidades como la Fundación Ecuatoriana de Salud Respiratoria (Fesar) se dedica a la labor de promover el ejercicio de los derechos de las mayorías a los ambientes sanos y libres de contaminación, en colaboración con instituciones como Solca, y motivando a la legislatura la promoción de leyes de control del tabaco en el país, con resultados parciales.
Entonces, es prudente y oportuno que, con motivo de esta recordación, se difundan más  los riesgos contra la salud y avanzar en las medidas adecuadas para lograr proteger a los ciudadanos del humo del tabaco. <