Es más, estos habitantes aseguran que el glifosato ataca directamente los cultivos y, respecto a la salud humana, la llega a afectar en el mediano plazo. Por eso permanecen en zozobra, en estos últimos días.
Justamente esta apreciación es reforzada por estudios científicos de las universidades Católica (PUCE) y Central del Ecuador, en Quito, pues demuestran que el glifosato afecta el material genético de los humanos y de las plantas, reseña Prensa Latina.
Es que los análisis realizados a 21 personas de la zona norte ecuatoriana, donde se realizaron aspersiones con ese herbicida, así lo revelan, señaló César Paz, director de genética molecular de la PUCE.
Paz resaltó que un 15 por ciento de la población afectada por el glifosato, de procedencia estadounidense, tiene un daño permanente o irreversible en las células.
El 85 por ciento restante puede recuperarse siempre que no tenga un nuevo contacto con el tóxico, subrayó la fuente, citada por radioemisoras locales.
En general, los afectados presentaron modificaciones y rotura de cromosomas, lo cual implica alto riesgo de cáncer, destrucción de embriones humanos, abortos y mal formaciones de los fetos, aseveró.
El científico señaló que con las plantas sucede algo parecido y, según la investigación de la experta de la Universidad Central, Mariana Moyón, se descubrieron células con doble núcleo en cebollas, lo cual implica mal formación y destrucción del material genético.
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