Leí tu mensaje del domingo 27 de marzo del 2011 en que me pides que no le dirija carta al General Eloy Alfaro, sino a ti. Pues bien, ante esta petición lo hago para decirte que desde hace diez años asumí la responsabilidad de dirigir la Universidad San Gregorio de Portoviejo y por lo tanto tengo el deber de expresar en tal calidad, lo que siento, lo que percibo y que muchos que también están en iguales condiciones no dicen nada.

Formar los estudiantes universitarios, no es solamente educarlos; es inculcarles día a día el concepto y la práctica de valores que acompañan el conocimiento, que trascienden las aulas y orientan el futuro de las personas, que son los propios estudiantes  en proceso de evolución moral, ético, académico, científico, es decir, un proceso socio cultural.
Sin embargo, debido a tus influencias distorsionas la mentalidad de esos estudiantes que luego cuando son profesionales y bajo el cuento de que son ciudadanos revolucionarios  maldicen contra los que fueron sus docentes, su centro de educación superior,  y se presentan ante los medios de comunicación autoproclamándose líderes, creyéndose redentores y declarándose miembros del grupo de manos limpias y corazones ardientes, seguramente por el fuego de tu paila.
Así como defendemos la ley  en su universo solidario con la sociedad, así mismo debemos convertirnos en docentes progresistas, que busquemos siempre nuevas opciones de superación y también cumpliendo con nuevas responsabilidades en nuestro diario vivir universitario. La ley es el medio donde la sociedad se armoniza y se mejora, si no se obtienen resultados favorables, entonces hay que sustituirla con otra. No hacerlo es conducirse de la mano del autoritarismo y de una verdad disfrazada de esperanza. Por eso debemos participar y aportar con nuestras ideas. Es nuestra responsabilidad.
Las instituciones de educación superior, tienen la responsabilidad de llevar a cabo una transformación del pensamiento, para que sea transmitido a las generaciones presentes y se distribuya a las venideras, en concordancia con los cambios positivos de la sociedad. Hay que reivindicar el carácter humanista de la educación superior en función de la cual ella debe estar orientada a la formación integral de personas, ciudadanos y profesionales, capaces de abordar con ética los múltiples retos implicados en el desarrollo de nuestros países, y participar activamente en la construcción de la nueva sociedad.
Nueva sociedad que debe abanderar los principios de respeto y defensa de los derechos humanos, el combate contra toda forma de discriminación, opresión y dominación. Hay que luchar por la igualdad, por la justicia social, por la equidad de género; por la defensa de nuestros patrimonios culturales y ambientales; por la seguridad y soberanía alimentaria, y la erradicación del hambre y la pobreza.
La Universidad está en ese camino y por eso nuestra carta al General Eloy Alfaro, para que nos ilumine al reclamar lo que nos corresponde. Como tú no estás en ese camino, solo por esta vez te escribo. Espero acuses recibo.