"Pedimos nuestros derechos, que se nos den permisos para vivir y trabajar como seres humanos", reclamaron hoy en una rueda de prensa en Atenas 237 indocumentados de países del Magreb y de Oriente Medio, a los que se suman otros 50 en la ciudad de Salónica.
"O venceremos o moriremos", declaró a Efe Mustafá, de 25 años, que vive y trabaja ilegalmente como fontanero en la isla de Creta desde hace 8 años.
"No tengo donde regresar y deseo permanecer en Grecia y trabajar y contribuir como cualquier ciudadano", declaró desde una de las salas del edificio desocupado de la Facultad de Leyes desde la que ejecutarán un ayuno durante el que sólo beberán agua, té y limonada.
"Se trata de la huelga de hambre más masiva en solicitud de legalización de inmigrantes que se ha celebrado en Europa", aseguró Nikos Yanópulos, portavoz del Comité de Solidaridad que apoya a los inmigrantes.
Los inmigrantes y quienes les respaldan puntualizaron que llegarán hasta el fin para que el Gobierno responda a lo que entienden es "una petición justa".Yanópulos declaró que "en unas tres semanas" se sabrá la respuesta del Gobierno y explicó que el Ministerio del Trabajo está estudiando la petición.Sin embargo, el Ministerio del Interior, responsable de la política de inmigración, aseguró hoy en un comunicado que "no hay ninguna posibilidad de una legalización masiva de inmigrantes".
Los huelguistas, todos varones, piden la legalización de los 300.000 inmigrantes sin documentos, de los 160.000 a quienes no se les han renovado los permisos y de otros 60.000 a la espera de que las autoridades tramiten las solicitudes de asilo político, un proceso que en algunos casos se demora desde hace 10 años.
Desde el comité de apoyo se insistió en denunciar que "los inmigrantes hacen los trabajos que los griegos han dejado de lado", respondiendo así a la postura de la extrema derecha y de parte de la población de que en tiempos de profunda crisis económica los inmigrantes han de abandonar el país.
Se calcula que en Grecia, con 11 millones de habitantes, viven unos 300.000 extranjeros de forma legal. El país mediterráneo afronta un serio problema de flujo incontrolado de ilegales por sus fronteras, por las que en 2010 entró el 90 por ciento de los inmigrantes indocumentados a la Unión Europea (UE).
Grecia ha decidido construir una valla de 12,5 kilómetros de longitud en su frontera con Turquía para frenar la llegada de ilegales y está recibiendo ayuda europea a su política migratoria.
Nueve países europeos han accedido ya a no remitir al país de entrada a la UE a los ilegales que llegan a su territorio desde Grecia, suspendiendo así el acuerdo Dublín II.Este acuerdo determina lo antes posible cuál será el Estado miembro responsable del examen de la solicitud de asilo y establece plazos razonables para cada una de las fases del procedimiento de designación del Estado responsable.
Con él se pretende prevenir el abuso de los procedimientos de asilo que suponen las solicitudes múltiples.