Diariamente se van el fluido eléctrico y esto afecta la actividad comercial, turística y económica de la parroquia.
“Estamos planchando la ropa y mi hijo está escribiendo en la computadora. De pronto se va la luz y no hay autoridad de la empresa eléctrica que diga los motivos de los apagones”, dijo muy indignada Mariana Espinoza de Carrillo.
Ella, que vive frente al parque A la Madre, recordó que a fines del año pasado se le quemó un horno eléctrico por los apagones.
“El alcalde Humberto Guillem impulsar ña construcción de la subestación eléctrica”, insistió Mercedes Reina, quien señaló que los continuos apagones se deben a la gran demanda de energía que hay en la parroquial. <