El hombre, identificado únicamente como Hamid, había causado las mismas lesiones a otro hombre, identificado como Davoud, en un ataque con ácido sulfúrico.
Pese a que Hamid confesó que había atacado a Davoud por error, al confundirlo con un compañero de clase que le hacía la vida imposible, el juez Aziz Mohamadi le condenó asimismo a pagar una compensación económica, cuya cuantía no se ha revelado.
Según la tradición, el castigo se debe aplicar arrojando ácido también contra el acusado.
En febrero de 2009, otro hombre Majid Movahedi fue condenado a quedarse ciego después de que arrojara ácido contra una compañera de universidad, llamada Ameneh Bahrami, quien rechazó su propuesta de matrimonio.