Casi sin proponérselo, la familia suele ser el resguardo de los fracasados, de los malos estudiantes, de los empleados ineptos, de los maleantes, de los embusteros, de los corruptos... Cuando el grupo familiar tolera estas conductas sin hacer reproches, o con las mínimas críticas, tal situación sirve para razonar sobre el fenómeno de la tolerancia excesiva en el ambiente familiar.