Aún bajo los negativos efectos de sus controversiales críticas al Islam, el Papa Benedicto XVI insistió en la necesidad de la libertad de creencias y en la cooperación entre religiones.
Durante una misa en la iglesia del Espíritu Santo de Estambul, que cierra sus cuatro días de estancia en este país, con más de 97 por ciento de población musulmana, el Sumo Pontífice afirmó que la iglesia no desea imponer nada, sólo vivir en libertad.
La insistencia de Joseph Ratzinger sobre las facilidades de otras religiones para predicar la fe contrasta contra su arremetida el pasado 12 de septiembre contra las enseñanzas del profeta Mahoma y el intento de vincular el Islam con la violencia.