Roque Mendoza, coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgos de Manabí, señaló que en casi todos los cantones hay deslizamientos, y algunos amenazan con sepultar zonas pobladas, siendo Sucre, Portoviejo, Montecristi, Jaramijó, San Vicente, Santa Ana, Flavio Alfaro, El Carmen y Chone, los cantones con más alta vulnerabilidad.
El único cantón donde no se da este fenómeno es en Puerto López, donde por ser zona protegida por el Parque Nacional Machalilla, no deforestan indiscriminadamente.
Para evitar que las zonas de alto riesgo sigan en aumento, es indispensable la Ley Orgánica Descentralizada de Gestión de Riesgos, la que se está ejecutando desde  la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, sostiene Mendoza.
Precaución
El caso más notorio de una catástrofe por deslave está en Charapotó, en el cantón Sucre, con una población aproximada de 25 mil  habitantes asentados al pie del cerro Centinela, y cuya erosión ha alcanzado niveles alarmantes por la tala de su vegetación. Este lugar ya vivió una emergencia durante el fenómeno El Niño de 1997, cuando un deslave cubrió de lodo una superficie, afectando decenas de casas.
Aquí, como en las demás zonas vulnerables, la Secretaría de Riesgos ha realizado estudios y entregado recomendaciones de mitigación, como la construcción de terrazas de amortiguación, obras de drenaje, etc.