Es que el primer mandatario no desaprovechó la oportunidad de achacar a la partidocracia por haber creado el marco legal que regula a los municipios, al que calificó  como injusto.
De esa manera contestó Correa respecto a la problemática que afronta Portoviejo, y que fue expuesta ayer durante un desayuno entre él, el alcalde Humberto Guillem y 12 de los 13 concejales (Patricio Zambrano no asistió), en el salón de la Gobernación.
Justamente el tema de las rentas injustas fue tratado en la reunión. Correa insistía de una asignación de 70 dólares por cada portovejense, y la concejal Ana Pilay, del MPD, le corrigió un par de veces que era de 61,53 dólares, hasta que el Presidente se enojó y le recriminó que si ella seguía hablando, él se retiraba.
Ser del MPD, con el que tiene discrepancias Correa, marcó a Pilay; asimismo, la presencia de Anita lo marcó al mandatario, pues en el enlace entrevió que la emepedista le ejerce presión.
La edil pensó que si él quería irse nadie lo detenía, pero después recapacitó y prefirió quedarse callada, para que no la culparan de que el Presidente se retirara sin escuchar los planteamientos de Portoviejo.
"Igual, Correa no dijo nada, no concretó nada, ni siquiera una falsa promesa", enfatizó el edil Zambrano, que siguió la reunión por radio y es un constante detractor del régimen.
Especuló que el Presidente invitó a ese desayuno (al cual no asistió porque sabía que éste no daría respuesta), para tratar de aplacar la marcha del miércoles próximo.
Correa indicó que los mismos de siempre "figuretean" aprovechando circunstancias, como la marcha.
Marcelo Farfán, rector de la Universidad San Gregorio (impulsadora de esta movilización), respondió que no es parte de ese grupo de políticos de siempre. Insistió que la marcha es netamente cívica; sin embargo, tendrá una aliada: la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER), que le dará otro sentido a la movilización, la de la lucha contra la Ley de Comunicación.