En septiembre del 2008 empezó una gran alternativa económica para estas personas, ya que con apoyo gubernamental y de otras instituciones sin fines de lucro, lograron crear sus propios huertos en el reducido patio trasero de sus casas, donde cosechaban todo tipo de frutas, verduras y hasta animales como pollos y patos.
Falto apoyo
Pero actualmente todo desapareció. Wilton Obando, uno de los moradores, comentó que simplemente no funcionó porque las autoridades los abandonaron. “Al inicio nos dieron semillas, tanques para el agua, mangueras para regar los productos, pero de un momento a otro se olvidaron y como somos familias pobres no pudimos mantener la iniciativa”, dijo Obando.
La presidenta de la ciudadela, María Párraga, también lamenta el hecho de que los huertos hayan fracasado, pues recuerda cómo su patio estaba lleno de todo tipo de productos y el alivio económico que le generaba, pues sólo daba unos pasos y tenía lo necesario para la comida. Actualmente sólo ha quedado los pedazos de caña que servían para cosechar.
La cría de animales también se suspendió por los malos olores que se generaba y por ende el malestar que eso era para todos.