El fenómeno ocurre desde el mes de marzo de este año, explicó Tranquilino Cedeño, de 59 años de edad, y quien ha vivido toda su vida en ese sector, perteneciente a la parroquia Calderón, de Portoviejo.
Crece como pan
La tierra crece como pan y ya alcanza una altura de 30 metros, cerca de la zona estaba construida una casa, cuyo dueño tuvo que salir del lugar.
La versión de este morador es reforzada por la de Pablo Alcívar, dueño de la finca donde ocurre el inusitado hecho.
Él agregó que el martes pasado trabajaba en un sembrío cuando la tierra empezó a temblar, seguido por fuertes sonidos a los que ellos califican como ronquidos. “Estábamos unas cuatro personas y cuando sentimos el movimiento lo que hicimos fue salir corriendo”, comentó Alcívar mientras un equipo de El Diario y de Manavisión constataba lo que aseguran los moradores está sucediendo.
Ramón Rengifo, otro de los moradores, manifestó que en el sector viven unas veinte familias y que todos están preocupados, pues los “ronquidos” son escuchados por muchos, además se teme que las viviendas que habitan puedan verse afectadas por el crecimiento de la tierra, en una dimensión de 2 kilómetros y medio.
La docena de habitantes que acompañaron al equipo de periodistas que cubrió la nota mostró que como consecuencia de este fenómeno un árbol de limón que antes quedaba en la parte plana ahora está en una loma, además por el movimiento del suelo hasta cambió de dueño, antes estaba en los linderos de Manuel Sornoza.
Tranquilino Cedeño, quien insistió en la presencia de la prensa, asegura que no se trata de un derretido (deslizamiento de tierra), pues cuando se trata de esto la tierra cae no crece, además “si fuera eso ocurriría sólo en invierno y no en verano como está sucediendo”, argumentó. Él al igual que el resto de moradores señalaron que visitarán a la gobernadora María Luisa Moreno, con la intención de que ella pueda realizar las gestiones para que algún equipo de técnicos puedan ir al lugar, estudiar el área y explicar científicamente por qué la tierra “crece como pan”.
Hace varias semanas atrás, entre Jipijapa y Puerto López, se informó que debajo de la tierra se escuchaban estruendos.