No obstante, las oportunidades más claras de anotar las tuvieron en el arranque los serbios, en los pies de Milos Krasic, el más incisivo de los balcánicos, que apostaron por el contragolpe.
Jugando por la derecha, Krasic exigió a Mark Schwarzer a los 5' con un tiro desde el corazón del área y luego a los 12 erró cuando el portero estaba rendido y superado en el suelo.
Con jugadores de hasta dos metros en cancha, como el serbio Nikola Zigic, ambas escuadras apostaron también con insistencia al cabezazo, pero sin renunciar al juego asociado de un toque.
Por ese expediente Ivanovic, desdoblándose en funciones de ataque, tuvo a los 22 la apertura con un tiro a un metro de la línea de sentencia, que contuvo de manera excepcional Schwarzer.
Serbia creció por méritos propios y también por la ineficacia de los australianos. Dejó el contragolpe y buscó el protagonismo.
Las vuvuzelas y silbidos de los "aussies" en las tribunas no lograban detener el juego cada vez más frontal de los dirigidos por Radomir Antic, que confirmaban ser justos vencedores de Alemania.
Un cabezazo del australiano Tim Cahill a los 31 y otro de Zigic a los 33 ratificaron que el duelo y la clasificación serían definidos al primer descuido o acierto.
Un gol anulado a Krasic por fuera de juego a los 37' y un ataque "aussie" a los 38 respaldaron la tesis.
Al comenzar el segundo tiempo, ambos equipos estaban eliminados, debido a la igualdad simultánea entre Alemania y Ghana, los otros miembros del Grupo H. No hubo mezquindad, pero tampoco buen fútbol.
Australia insistió con un ataque poco explosivo y Serbia con los desbordes de Krasic, por entonces el mejor del partido. Cahill pateó un balón alto como en el rugby a los 50' y Zigic a los 53' desvió un tiro frente al arco, cuando los hinchas australianos ya suspiraban.
Ghana y Alemania tampoco quebraban su igualdad a esa altura y la tensión crecía en Nelspruit, donde los serbios estaban a un tanto de la clasificación.
Pero entonces apareció Cahiil, metió un cabezazo y abrió las esperanzas para los australianos a los 69'. Brett Holman, a los 72', puso el 2-0 desde fuera del área y los "aussies" fueron por la goleada y la hazaña, con las tribunas enardecidas.
La desgracia vino a los 82'. Schwarzer dejó escapar un remate y Marko Pantelic firmó el descuento que expulsaba ambas definitivamente de Sudáfrica 2010.