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ENTREVISTA
"Uno puede llegar lejos en su propia tierra"

A sus 77 años, Horacio Azúa Santana conserva el optimismo, porque se mantiene en lo suyo, en lo que le gusta: la contabilidad, el negocio de sombreros y el arriendo.

Domingo 20 Junio 2010 | 00:00

Él  asegura que desde muy joven ha trabajado, y ahora que está jubilado sigue saboreando el éxito de  los negocios.
Dice que no es necesario irse a tierras lejanas para hacer fortuna, pues cuando existe voluntad y ganas de trabajar, se llega lejos en la tierra de uno.

El Diario.  ¿A qué edad y en qué comenzó a trabajar?

•    Horacio Azúa.  A los 14 años empecé como mensajero en Industrias Ales.
Luego terminé como segundo contador en la empresa. Esto gracias a mi voluntad de prepararme para ser un trabajador eficiente.
Tuve que tomar clases privadas de contabilidad con un maestro guayaquileño que llegaba a Manta.
Todos estos conocimientos me ayudaron para llevar la contabilidad de las ventas que manejaban las sucursales de Ales en el país.

ED.  ¿Hasta cuándo estuvo en Ales?

•    H.A. Bueno, yo trabajé  37 años en esta importante industria que antes funcionaba en la calle América, actualmente avenida 3, sector de la iglesia La Merced.
En todo este tiempo también me ayudaba con el servicio de transporte escolar y universitario.
La imagen de este servicio la cuidaba muy bien, cada año compraba vehículo nuevo para el transporte de mis clientes, pues me iba muy bien.

ED.  ¿En el negocio de sombreros cómo le va?

•    H.A.  Me va muy bien. En esta actividad me involucré hace unos ocho años atrás. Los sombreros finos de paja toquilla los compro en Montecristi y los envío a Cuenca, ciudad desde donde se exportan a Panamá.
También compro artesanías de tagua en el sitio Sosote, de Rocafuerte, igualmente para enviarlas a Cuenca  y finalmente a Panamá. Conozco que tanto lo sombreros como las artesanías de tagua se venden en el puerto de Panamá a los  turistas que hacen escala en ese país.

ED. ¿Cómo describe a Manta?

•    H. A. Bueno, Manta desde sus inicios ha sido una ciudad muy pujante.
Su desarrollo ha sido ganado a base de esfuerzo y visión de sus hijos y de las industrias que se han asentado con el pasar del tiempo.
Definitivamente las aventuras se hacen realidad en esta ciudad. Sin tener puerto hace menos de 50 años, ya eramos un atractivo para la inversión.
Recordó que la tagua para exportación se la llevaba en lancha hasta llegar a los barcos mercantes que esperaban en medio mar, a falta de muelles.
Antes el ganado llegaba vía marítima desde Esmeraldas. Las vacas eran bajadas en el mar y llegaban a tierra  nadando.
Hoy tenemos uno de los mejores puertos. Sólo hay que ponerle más
dedicación.

ED.  ¿Las administraciones municipales han sido buenas o malas?

•    H. A. Indudablemente que Manta ha tenido la suerte de tener buenos líderes.
Primero tuvimos a Jorge Zambrano y actualmente tenemos a Jaime Estrada, quien deberá superar a su antecesor.
 
ED.  ¿Hace medio siglo, qué ofrecía Manta para la diversión?

•    H.A. En esa época la diversión era muy sana, pero lo mejor eran los bailes en el coliseo de los Obreros. Llegaban las mejores orquestas. También las fiestas del Comercio eran muy sonadas y coloridas.

ED.  ¿ La inseguridad está afectando a los ciudadanos, a la inversión?

•    H.A. La seguridad deja mucho que desear. Yo vivo como en la cárcel, no hay ventana que no tenga rejas.
Las leyes son muy flexibles, urgen reformas al Código Penal y realizar una limpieza en la función judicial.
En casa de uno mismo también se debe trabajar en el tema seguridad. Hay que enseñarles a los hijos normas del buen vivir y valores para que más tarde no se descarrilen y terminen siendo una amenaza para la sociedad.

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