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Educación
Las pollas siguen de moda

La viveza criolla empieza en clases. Los teléfonos celulares se han unido a las tradicionales pollas de papel o a los escritos en las manos o en las piernas, como un medio para tener una buena nota en época de exámenes.

Miércoles 06 Enero 2010 | 12:20

Hay colegiales que aún recurren a las pollas porque los celulares no son permitidos. Los profesores hacen una requisa a los alumnos cuando van a dar la prueba.
En cambio, en las universidades el uso del celular se ha popularizado entre los estudiantes que no se han preparado para los exámenes.
Carlos afirma que desde que comenzó a copiar hace tres años dejó de estudiar para las pruebas en el colegio.
Recuerda que el primer día que lo hizo sintió miedo, pero después se acostumbró. Hoy considera que es “como tomarse un vaso de agua”.
Nunca va a los exámenes con una sola polla, por si el profesor lo descubre. “Si me quitan una me quedó con la otra”, señala el estudiante.
Los alumnos tienen sus tácticas durante las pruebas.
Utilizan las bancas de los costados y las últimas porque pueden sacar fácilmente las copias.
Carlos dice que Matemáticas es la única especialidad que no puede copiar porque las preguntas son sobre ejercicios. “En esta evaluación sí que me caigo”, afirma el alumno secundario.
No tiene lugar fijo para guardar sus pollas, en ocasiones las lleva en el bolsillo de su camisa, pantalón, en las medias, mochila o corbata. Cada vez que se acercan los exámenes es el primero en llegar al aula, pero no precisamente para preparar su evaluación, si no
para realizar sus pollas en hojas de cuadernos que las corta en partes y escribe con letras diminutas, pero legibles.

eN LA “u”. Una universitaria que el tiempo no le da para realizar las pollas, pero siempre toma la precaución de que su celular vaya con ella. Es su alternativa cuando no sabe alguna pregunta.
Con el profesor mirando todo el tiempo afirma que recurre a la abreviación de los mensajes. Afuera un compañero envía las respuestas o también tiene algunas escritas ya en el teléfono.
MEDIDAS. Elisabeth Meza, quien lleva dos años como profesora del colegio 5 de Junio, dice que nunca ha encontrado a un estudiante copiando.
La norma señala que de suceder aquello el profesor puede retirar el examen o simplemente bajarle puntos al alumno, agregó la maestra.
Cuando el problema es frecuente el profesor debe saber orientar a su alumno, sostuvo la catedrática.
En un estudio publicado en Estados Unidos hace dos años se señala que el 61% de los universitarios estadounidenses sí confesaba hacer trampas en los exámenes.
Las trampas están bastante extendidas, por eso casi la mitad de los estudiantes -en este caso estadounidenses- aceptan ayudar a sus compañeros, de esos un 77,4% no demanda nada a cambio; el resto pide dinero (un 3,9%) o, directamente, relaciones sexuales (un 12,2%).

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