El esmeraldeño alzó la copa del torneo Apertura con el Monterrey. Los ‘Rayados’ se impusieron 2-1 al Cruz Azul.
Walter Ayoví se convirtió el domingo en el quinto ecuatoriano en obtener un título mexicano, antes lo hicieron Ítalo Estupiñan (Toluca), Álex Aguinaga (Necaxa), Agustín Delgado (Pumas) y Christian Benítez (Santos Laguna).
El Monterrey, donde milita el tricolor zurdo, venció 2-1 al Cruz Azul en calidad de visitante (Suazo 54’ y De Nigris 90’), resultado que le fue suficiente para ceñirse la corona de monarca del torneo Apertura mexicano, pues en el partido de ida, los ‘Rayados’ también se habían impuesto, pero con marcador de 4-3.
Apenas terminó el cotejo en el estadio Azul, Ayoví no esperó ni un segundo para mostrarle su alegría al mundo y exhibió una bandera patria, que hace pocos días le había obsequiado la comunidad de tricolores residentes en Monterrey.
“Antes de la final, un grupo de estudiantes ecuatorianos de la universidad TEC me invitó a comer. Luego de la cena ellos me preguntaron que si me podían regalar algo, entonces yo les pedí una bandera”, cuenta aún emocionado el jugador, en contacto telefónico con FANÁTICO.
“Sobre ésta escribí de Camarones para Monterrey. Camarones es un pueblo donde yo nací y crecí en Esmeraldas y en el que todavía están mi papá (Lucio) y mi madre (Olga). También decía: Te quiero mucho mi Esmeraldas”, dijo el ex Emelec, cuya voz aún denota cansancio.
“Apenas he podido dormir. Cuando terminó el partido agarramos para Monterrey; el vuelo se demoró como una hora. Llegamos como a la una de la mañana, pero recién pudimos salir como a las dos y media del aeropuerto, porque un millón de gente fue a recibirnos. Es que esta ciudad es muy futbolera; en casa estuve a las cuatro”, suelta.
“La llegada a mi hogar fue muy emocionante; mi esposa me había ido a ver jugar a la cancha, pero mi niño (Aimar) y mi hija (Ivis) no, porque son pequeños. Cuando crucé la puerta mi chiquito, que es súper fanático mío, me dijo: “papi yo también gané la Copa”. Fue un lindo momento”.
Aunque en este torneo Ayoví no marcó, siente que colaboró en gran medida para que su club obtuviera el tercer título de su historia (Clausura 2003 y México 1986).
“Este año es en el que más puestos he actuado, lo he hecho de lateral, carrilero, volante de avanzada y de contención. Nunca jugué más de cinco partidos en la misma posición. Esa fue mi forma de aportar con el equipo y creo que resultó. Yo estuve para acompañar en el ataque y para defender bien agrupado, cuando fue necesario”.
El esmeraldeño, de 30 años, se escapó por la banda zurda a los 29’ y lanzó un centro al corazón del área en el último partido. El pase fue interceptado por Humberto Suazo, pero este se enredó y el intento no subió al marcador.
“Hubiera sido perfecto que la embocara, pero lo importante es que supimos aprovechar la ventaja de un gol que sacamos en nuestra casa y fuimos allá a jugar un fútbol mucho más tranquilo, más compacto, tratando de aprovechar los espacios que nos regalaban atrás”, sostiene.
Ayoví lanza que luego de imponerse en la final de ida en calidad de local, le dijo a su esposa (Rosa Palomino) que creía férreamente que podía repetir lo hecho por Benítez, quien con el Santos venció al Cruz Azul en la final de vuelta, en el estadio Azul (2008).
“Fue con
El ecuatoriano, quien con este acumula 4 campeonatos -antes se subió a lo más alto del podio con Emelec (2001-2002) y El Nacional (2006)- revela que todos los títulos que alzó son importantes para él, pero destaca a dos sobre el resto.
“Los más especiales fueron el que logré con Emelec en el 2001, porque fue mi primer título como profesional y este último, pues fue con el que me bauticé internacionalmente”.
Ayoví tiene un contrato por dos años con el Monterrey y por el momento se siente a gusto en México, pero no descarta un futuro salto a Europa, en donde ya militan Antonio Valencia, Christian Benítez, Christian Noboa, Felipe Caicedo...