El problema surge porque los calderonenses consideran que las lagunas están muy cerca del río Chico y del pozo de La Jigua que es el que proporciona el líquido vital a las poblaciones cercanas.
La semana pasada lograron que el alcalde Humberto Guillem dispusiera al contratista Jorge Maldonado y al fiscalizador José Luis Sierra, que paralizaran los trabajos en el sector de La Mocorita, caso contrario la población iba a cerrar la vía.
En este sector se iba a construir una laguna facultativa para tratamiento aeróbico y anaeróbico, pero se añadió otra para la eliminación de cualquier resto de bacteria. Dichas aguas podían servir después para riego de cultivos.

Contaminados sin lagunas
Frente a esto, Sierra señaló que estudios realizados en el laboratorio de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Portoviejo (Emapap), a las aguas del río Chico y a las que hay en el pozo de La Jigua, determinaron que tienen coliformes y bacterias fecales.
“Tanto el agua del río como la del pozo están contaminadas por las conexiones directas de aguas servidas y por la filtración de los pozos o letrinas”, dijo el técnico.
El concejal alterno Félix Alvarado dijo la semana pasada que el pozo de La Jigua tenía agua contaminada de coliformes, fosfato de bromo y bacterias fecales, por lo que solicitaban la construcción de plantas de tratamiento para mejorar la calidad del agua que consumen las poblaciones de Calderón, San Plácido, Pueblo Nuevo y otros sectores.