Actualizado hace: 940 días 23 horas 46 minutos
PORTOVIEJO
Fue sepultado como un líder

“Es Mauricio el pueblo, El Justiciero llegó”, era parte de la canción con un volumen que se podía escuchar hasta una cuadra y que sonaba en forma de regueton. Mientras el ataúd donde iba el cadáver de Mauricio Montesdeoca Martinetti era sacado de la funeraria por sus mejores amigos.

Viernes 17 Julio 2009 | 22:46

El portovejense fue asesinado a las 00h10 minutos del martes con 13 impactos de bala en diferentes partesdel cuerpo. Antecedía el cortejo fúnebre una plataforma llena de rosas, decorada con los colores rojo y azul, los mismos que le sirvieron para promocionar el Movimiento Justicia Libertaria Alfarista. Lorenzo Delgado era quien conducía el vehículo. Él recordó que meses atrás en ese mismo armazón Mauricio cerró su campaña política. El cortejo fúnebre de Mauricio Montesdeoca recorrió varias calles antes de llegar a la Catedral de Portoviejo. En el trayecto se observó a una gran cantidad de personas, que desde los vehículos, negocios, balcones, ventanas y terrazas despedían a quienes para muchos fue un icono de la lucha contra la inseguridad. El transito se paralizó y los fashes de las cámaras caseras no cesaron de dispararse. Muchos no sólo quisieron guardar en sus mentes aquel instante, sino también en fotos que prolongarán ese momento. Jessica Moreira, quien iba en una pasola, lloraba desconsoladamente, su esposo también se notaba afligido. Estas escenas se repitieron constantemente. Por un momento el volumen de la música disminuyó, los restos de Mauricio estaban frente a la Fiscalía, en la calle Olmedo. ¡Justicia!, ¡Justicia!, ¡Justicia!, queremos ¡Justicia!, gritaban las personas que acompañaban el féretro. El pueblo unido jamás será vencido, también fue coreado, así como el ¡viva Mauricio!. Un borrachito dijo unas malas palabras en contra de las autoridades y los testigos le pidieron que se calme. El luto se sintió en Portoviejo. En la iglesia El féretro de Mauricio quedó frente al púlpito. El sacerdote Edmundo Viteri presidió la plegaria. Unas tres mil personas se aglomeraron en la Catedral para escuchar una corta liturgia. Antes de escuchar el sermón los presentes tuvieron que persignarse. "Basta de muertes, basta de venganzas, quien pierde con la muerte de Mauricio, pierde la humanidad, dijo el sacerdote. Prosiguió señalando hágamos un acto de fe y esperanza, recemos con el corazón y pidamos a Dios por su salvación. Mientras, de fondo se escuchaba una suave melodía que invitaba a darse la paz, paradójicamente, mientras las personas se apretaban las manos tres palomas de color negro revolotearon en la parte alta de la iglesia. Quienes vieron el suceso dijeron que ese era un mal presagio. En el cementerio Terminada la misa, la caja de dos metros de longitud, donde Montesdeoca descansará eternamente, fue retirada de la Catedral y subida a la plataforma con destino al cementerio Jardines de Manabí. En este camposanto, María Fernanda Solórzano, lloró desconsoladamente sobre el cuerpo de su esposo. Queremos paz dijeron sus allegados, quienes lanzaron al aire dos palomas blancas que no quisieron volar. Así, a las 18h53 minutos el cuerpo de "El Justiciero" fue sepultado.
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