Al mediodía, cuando se realizó el acto, la temperatura superaba los 37 grados. Por suerte los organizadores habían ubicado carpas que amortiguaban la fuerza del sol. A pesar de aquello las autoridades, ataviadas con sacos y ropas galantes, trataban de mantener el buen ánimo. Nohemí Domínguez, maestra de la escuela El Rosario, era una de las más contentas por la obra. Explicó que ella vive del otro lado del río, con relación a la escuela donde trabaja. Antes debía ir por el puente El Salto, que generalmente estaba congestionado, el recorrido era lento y sofocante, especialmente a la hora de salida. Ahora toma la calle Jipijapa y sale a la avenida 5 Junio, y en pocos minutos está en su casa. A ella la acompañaron sus alumnos, además de estudiantes del colegio militar Miguel Iturralde y otras instituciones. La inauguración hizo que ayer en la mañana el puente fuera cerrado con patrulleros. A eso se sumó el paro de los empleados del Consejo Provincial de Manabí que, igual que en otras provincias, realizaron una medida de hecho contra el gobierno y cerraron los puentes Velasco Ibarra y San José. Esto causó caos durante tres horas. Inauguración En el acto formal, el prefecto Mariano Zambrano dijo que en el Consejo Provincial de Manabí no hay ningún “mata sueños” y que las obras para Portoviejo se hacen realidad, al referirse al puente, que costó más de un millón de dólares. Aseguró que están trabajando para la ampliación de la calle Jipijapa, desde el puente hasta la avenida del Ejército; aunque resta esperar que el municipio de Portoviejo solucione la indemnización con la familia Aliatis, ya que una parte de sus terrenos deben ser utilizados para la ampliación. El Municipio no envió delegado a recibir la obra.