Esta deserción educativa lo confirman los registros de matriculas de las 15 escuelas y colegios particulares que hay en Jaramijó. El pescador Jhonny Mero, que reside en la calle 23 de Octubre, optó por cambiar de escuela a su hijo Bryan Paúl Mero Anchundia. A él ya no le alcanzaba los más de 10 dólares que pagaba mensualmente por pensión en la escuela Jaramijó. “No hay pesca y a mi papá no le alcanzaba la plata para educarme en una escuela particular”, dijo Paúl, quien se educa en el séptimo año básico de la escuela fiscal Antonio Borrero. Mercedes Mero decidió cambiar de escuela a su hijo Enrique Vélez porque en las entidades fiscales no pagan mensualidad, reciben gratuitamente los útiles escolares y hasta a veces los uniformes. “La economía del hogar se debe a la pesca y en la actualidad no hay dinero para educar a mis tres hijos en escuelas particulares”, dijo Mero, quien se dedica a lavar ropa para ganar algo de dinero. En el colegio Juan León Mera se educan este año 55 estudiantes. El año pasado hubo más de 70. En el Emanuel bajó de 179 a 164.